jueves, 25 de junio de 2020

ELOGIO Y BENDICIÓN DE LA JUVENTUD


¿Qué desearos, mis jóvenes alumnos?
¿Cómo bendeciros, mis jóvenes amigos?


Poseéis la juventud,
atesoráis la vitalidad,
gozáis de la alegría.
Vaya mi bendición con vosotros.

Un día fui joven
(y lo sigo siendo).
Transité caminos que habréis de andar,
navegué ríos que habréis de surcar.
La vida discurre bajo vuestros ágiles pies
y fluye bajo vuestros fuertes remos.

¿Cómo bendeciros, mis jóvenes alumnos?
¿Qué desearos, mis jóvenes amigos?

Lo mejor, sin duda:
la luz en los momentos oscuros,
la sabiduría en las encrucijadas,
la paz entre las guerras,
el amor en vuestras venas.

¡Respirad profundamente!
¡Coged aire a pleno pulmón!
Y, con paso seguro
y manos llenas de coraje,
caminad, remad,
remad, caminad,
siempre camino adelante,
en constante río abajo.
¡Y disfrutad siempre del paisaje!

¿Qué desearos, mis jóvenes alumnos?
¿Cómo bendeciros, mis jóvenes amigos?

Sin duda, con lo mejor:
con seguridad cuando todo tiemble,
con fortaleza cuando todo se derrumbe,
con firme decisión en las pruebas,
con la memoria cuando se os olvide.

Os deseo lo mejor,
mis jóvenes alumnos,
os deseo lo mejor,
mis jóvenes amigos.
A todos y cada uno de vosotros:
porque este sencillo poema palpita
desde mi voz a vosotros debida.

(Con cariño y afecto a mis alumnos de 4.º ESO-A del colegio La Pureza-Grao; y a su tutora, Maite Regalado).


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