jueves, 25 de noviembre de 2010

ADAGIO TRASNOCHADO PARA LAS CUERDAS DEL ALMA.
INTROSPECCIÓN Nº 9


[Léase pausadamente, en duermevela,
con el Adagio para cuerdas de Samuel Barber
como fondo y lecho de la voz y el pensamiento].

Sube lenta la luna la escala del cielo,
y en su cadencia se acuna mi sueño.
Cierro los ojos
(sube el telón del olvido),
y desfilan mis recuerdos
(como coro somnoliento)
declamando en mi memoria
(escena abierta, palco secreto)
lo feliz que este ser ha sido.
Y seré.
Y hoy soy.
Y ya he sido.
En el primer acto de mi infancia;
en mi juvenil segunda jornada;
y en la madurez de un tercer acto
que fluye hacia un desenlace...
un desenlace que todavía escribo,
que queda todavía lejos,
que apenas vislumbro y diviso.
Mas sé dónde piso,
sé a dónde llegar quiero:
al origen de mi sustancia,
de mi fin y de mi sentido;
a una mañana eterna
que me espera,
y que anhelo.
Y mientras el alma aguarda...
sube lenta la luna la escala del cielo,
y en su cadencia se acuna mi sueño.