sábado, 29 de mayo de 2010

ENCUENTRO CON TUS OJOS

Ayer me encontré con tus ojos.
Paseaban distraídos.
No recuerdo la calle...
¿Calle del Destino?
No sé. Da igual.
Nos saludamos.
Somos viejos conocidos.
Y allí, en cualquier lugar,
nos declaramos vencidos.

Los miré fijamente.
Vestían su habitual atavío
de suave marrón castaño,
con pliegues acompasados
y delicados brillos de platino.
Me vi en ellos.
Me hablaron de felicidad.
Me hablaron de cariño.

Sonreían continuamente
las pestañas de sus labios,
y vibraban en carcajadas
que eran pura risa desatada.
Me contaron sus secretos,
sus deseos y sus motivos.
Me dijeron que miran el mundo
a través de un prisma amigo,
en flechas de mil colores
que hacen del iris arco,
que hacen del arco iris,
que hacen de la luz su razón,
su alimento y su camino.

Sí, ¡tus ojos me hablaron!
Me hablaron de tu rostro,
me hablaron de tu pelo,
me hablaron de tus manos,
me hablaron de ti por entero.

Ayer me encontré con tus ojos.
Y me hablaron de felicidad.
Y me hablaron de cariño.