viernes, 21 de marzo de 2008

EL UNIVERSO ES UNA TAUTOLOGÍA

EL TESTAMENTO DE ENKIDU

Una arcaica tablilla sumeria
descifró en arcilla el Enigma.
Fue guardada por las arenas
de los siglos innumerables,
por las innumerables arenas
del desierto de Mesopotamia.
Cómputo del saber del hombre,
síntesis de la humana ciencia.
Decía en afilados caracteres
de cuneiformes pictogramas:

A mí, Enkidu, hijo de Uruk, me fue revelado,
a mí, Enkidu, me fueron abiertos los ojos
para que entendiera con mi mente de hombre.
Un viento como un huracán sopló en mi oído
y una luz como el sol cegó todos mis sentidos,
y yo fui purificado para recibir la Verdad pura:
El universo es una tautología
”.

Por eso entendemos que se expanda
y se contraiga eternamente.
Por eso comprendemos que la vida
sigue a la muerte, y ésta a aquélla.
Por eso sabemos que el caos
sólo se explica por sí mismo.
Por eso todo presente muta
en un futuro que será pretérito.
Por eso los planetas orbitan
en una gran órbita elíptica,
que empieza donde termina,
que acaba donde comienza.

Es el yin y el yang del taijitu,
la rota Fortunae y el ouroboros,
la swastika y el zooidion,
el mándala y el dharmacakra,
el lauburu y la cinta de Möbius,
la triqueta y la shrivatsa,
el tzolkin y el haab del hunab,
la rota solaris y el triskelion.

La tablilla finalizaba:
Yo soy el que soy”,
la tautología perfecta.

(En memoria del maestro Jorge Luis Borges)