miércoles, 1 de junio de 2011

BAJO LA INMENSA CÚPULA DEL CIELO
INTROSPECCIÓN Nº 10


Bajo la inmensa cúpula del cielo
perderá una noche su sentido
mi alma, disipada mi conciencia
como nieve primaveral en deshielo.

Miraré fijamente las estrellas
que me contemplan lejanas,
ajenas a mi breve pequeñez.
¡Minúsculas, bellas centellas!

Su sutil luz arderá en mis ojos
dibujando un radiante túnel
que me atraerá y me atrapará,
hambriento de mis despojos.

Y en el fin yo hallaré mi inicio,
fundido en una rima perfecta;
y seré uno con la Esencia Eterna
que me muestra rostro propicio.

Y he de trascender esta sed de sal
y esta hosca hambre de carne ahíta,
en la busca de un horizonte nuevo,
harto de una de arena y otra de cal.

Mientras tanto acuno este vivo anhelo,
este deseo, esta ansia, este vivo afán
con mano trémula y cadencia desigual
bajo la inmensa cúpula del cielo...


(A Miguel Ángel Vives, por su entrañable amistad)