BENDICIÓN
Te acuesto.
Y allí, junto a tu cuna,
soy vigilante de tu sueño
y guardián de tu luna.
Cuento estrellas,
brillantes en tu cielo.
Bendigo el silencio
que te cubre con su velo.
Observo tu carita,
dulce verso de inocencia;
respiro tu amor, que es
de mi alma su esencia.
Duermes y reposas;
te contempla mi sonrisa.
Eres una hermosa bendición
que hace del fuego brisa.
Tú eres mi paz,
porque paz me entregas:
por siempre te bendiga Dios
en esta vida que juegas.
(A Sofía, mi benjamina, que con sus siete meses ilumina y alegra mis días. Con todo el amor que siento como padre).
miércoles, 10 de septiembre de 2014
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