viernes, 23 de mayo de 2008

RAZÓN DE VIDA

Vosotros,
quienes me rodeáis,
quienes me acompañáis día a día,
vosotros, sólo vosotros,
hacéis de mí un ser único:
porque conocéis mi nombre
y habéis visto mi rostro,
porque vivo en vuestras vidas
y mi ausencia os dolería.
A vosotros os debo lo que soy,
lo que seré y lo que he sido,
poder escapar al anonimato,
poder escapar al olvido.
Os vivo y me vivís
en cada palabra ofrecida,
en cada momento compartido
y en cada gesto de cariño.
Sí, todo ello,
todo ello da forma a la pobre gota
que me fue otorgada
en el inmenso océano del Tiempo,
todo ello da calor al ínfimo grano
que me fue entregado
en las inmensas arenas de la vida
que constituyen mi lecho cotidiano.
Vosotros sois mi alimento,
vosotros sois mi bebida,
por vosotros soy quien soy,
por vosotros no habito el olvido.
Bien sé que me queréis,
bien sé que sabéis que os quiero,
bien quiero que lo sepáis,
que os querré hasta el último momento.

(A todos aquellos que me quieren, pues su cariño y presencia es la forma y sentido de mi vida. Sin ellos sería un ser sin nombre, pues ellos saben mi nombre, un árbol sin raíces, pues ellos me anudan a esta existencia, y una nave sin puerto, pues en ellos me refugio y a ellos acudo).

DIES STULTITIAE

Vivo preso en un pobre cuerpo
que cada vez siento menos mío,
como un extraño que yo habito
o por el que soy ¡ay! habitado:
su mano izquierda es perversa,
mediocre es su mano derecha;
ésta quiere parecerse a aquélla;
aquélla quiere acabar con ésta.
Siendo incapaces de convivir,
me hacen totalmente incapaz
para poder convivir con ellas.
¡Ay!