viernes, 30 de septiembre de 2011

SCHERZO AUTUMNAL DE HOJAS, LLUVIA Y VIENTO

Ya vuelven de nuevo la lluvia y el viento
a reconquistar sus ancestrales predios,
robados por el largo y augusto estío
en días húmedos, ardientes y secos.

Ya vuelven de nuevo el viento y la lluvia
con sus grises huestes, prietas las filas,
de inquietos remolinos, hojas y gotas
que danzan, frenan, arrancan y giran.

Ya vuelven de nuevo la lluvia y el viento
a plantar sus mil taciturnos estandartes
de añosas melancolías, los heraldos
que auguran la venida del grave invierno.

Ya vuelven de nuevo el viento y la lluvia
moviendo con sus múltiples finos dedos
los radios diarios de esta secular rueda
que es, de los hombres, la vida, que es el tiempo.

martes, 6 de septiembre de 2011

GEOGRAFÍA CRECIENTE

Este bello monte creciente de suaves laderas
guarda dentro una silente gruta secreta
donde un pequeño coloso durmiente
crece con pulso firme y sereno;
cuyo corazón ruge como un príncipe león
sediento de sentir la luz,
ansioso de correr la selva.

Esta preciosa roca creciente de ovaladas aristas
atesora una oculta geoda centelleante
de aguas puras, calmas y tersas,
auténtico don de vida y paz,
donde se despereza un minúsculo titán
hambriento de andar la tierra,
deseoso de acrecer su fuerza.

Este hermoso volcán creciente de cima soberbia
esconde una caldera de materno magma,
cuyo calor día y noche nutre
y da hechura humana a un gigante,
gigante de finas y delicadas formas
anhelante de extrañas sensaciones,
ávido de experimentar su existencia.

Este coloso, este titán, este gigante
tendrá una aurora boreal por cuna,
que mecerá el viento con su frescura.

Y descansará en los brazos de las olas,
protectoras de su sueño en cada instante,
arrullado por el susurro eterno del mar.

Y sus ojos se empaparán de una realidad
que le espera paciente en cada ser vivo,
en cada árbol, cada piedra, cada hombre.


(A Sara y Mª Ángeles,
por ser gruta, geoda y caldera de dos nuevas vidas).

martes, 23 de agosto de 2011

OJOS DE SOL Y LUNA

Madre:
a veces sube el sol en tus ojos,
a veces una luna gris los nubla.
Tú, que fuiste y eres mi luz,
ahora con dura lucha brillas.
No te asustes,
no te rindas;
sé valiente,
sé tú misma.

Recuerda:
un diamante sucio de tierra
no pierde por ello su valor.

Te recuerdo como una voluntad viva,
como una centella en tus quehaceres,
como un rayo que nunca cesa,
como una perenne tormenta.
Tu vitalidad me nutría,
tus ilusiones me alentaban,
y tu amor era mi vida.

Bien sé que no se ha ido esa madre;
bien sé que estás en un entreacto
de la obra que es tu existencia.
Y yo te anuncio una nueva jornada,
y te profetizo una nueva etapa
en este tu mortal camino
camino de la que no acaba.

Reaviva la llama de lo que eres.
Recuerda el fuego y el agua,
recuerda la tierra y el viento
que siempre has sido:
fuego en nuestras noches frías,
agua en la sequedad del camino,
tierra de nuestras raíces,
viento en que soplaba lo divino.

Y escucha lo que te digo:
brille el sol o la luna,
siempre serás nuestra madre,
pues madre no hay más que una.
UN DÍA DE LLUVIA

Quisiera marcharme un día de lluvia,
solas lágrimas en mi despedida,
marcharme un día de fuerte viento
que no dejara cerrar la puerta.

Sí, un día de lluvia y viento.
Un viento que nazca en la altiva montaña,
cruce el llano manso y humilde
y desemboque en el mar inmenso.

Y desearía que la lluvia y el viento,
arremolinados el viento y la lluvia,
versaran en tormenta mi epitafio,
como heraldos y herederos
de mi alma, mi memoria y mi legado.

Sólo quiero las lágrimas de la lluvia
cuando parta al final de mi camino,
y que esa agua fresca y limpia
limpie la pena que dejar pueda,
y que ese viento señor de sí mismo
refresque la sequedad de mi ausencia.

Viento y agua que en eternidad transitan,
pues tránsito es la muerte,
pues tránsito es la vida.
Y al fin espero los brazos del Padre.

No tengo duda:
quisiera marcharme un día de viento,
quisiera marcharme un día de lluvia.

miércoles, 3 de agosto de 2011

PARA EN LA MISMA ORILLA NAUFRAGAR

Mi amor, no mires tanto el mar,
desde que el sol abre su palma
hasta que la tarde cae en calma,
o tu alma se empapará de sal.

Mi amor, no escuches tanto el mar,
en su perenne vaivén de olas,
en su suave susurro de caracolas,
o tus oídos de azul se teñirán.

Mi amor, sea nuestro lecho el mar,
amor que es más que dos mitades;
mas, ¿venceremos mil tempestades
para en la misma orilla naufragar?

viernes, 10 de junio de 2011

RIETE DE LO QUE NI TOCAS

Dices de mi verso que es muy mediocre;
dices que dices... ¡va!, que nada dices;
dices que no es dorado, que es ocre;
dices que dices... ¡va!, que te desdices:
pues, tú, si mi verso es ocre y mediocre,
¿por qué lo lees? ¿por que de él maldices?

Hoc, tempus stultorum est

viernes, 3 de junio de 2011

MEMORIA, CARIÑO Y AGRADECIMIENTO

Aunque apresuradamente, quiero dejar aquí unas sencillas palabras a todos los alumnos y padres que me han hecho llegar su cariño y reconocimiento (y más vale tarde que nunca en algunos casos, ¿verdad, chicos?): mediante la conversación en persona, una llamadita telefónica, un correo electrónico o un mensaje en este blog de poesía. El Tiempo deja a cada uno en su sitio, y vosotros, no sabéis lo que os lo agradezco, me dejaréis en el mío (sí, aunque no queramos, todos somos instrumentos del Tiempo, con mayúsculas). Quiero que sintáis el cariño que os guardo y el agradecimiento que os ofrezco. Padres, alumnos y algunos compañeros fueron lo mejor de mi etapa en el Cambridge. Todo empieza, todo acaba, menos lo que no tiene principio ni final. Quiero escribiros algo pronto, unos versillos de nada, poca cosa, pero sentidos, eso sí. Quedáis en mi memoria y en mis sentimientos. Yo sigo buscando otros mares donde hundir mis remos con buen timón (¿se nota que fui vuestro profe de Lengua y Literatura Española? ¡Con metáforas os tenía que salir!). Jose.

miércoles, 1 de junio de 2011

BAJO LA INMENSA CÚPULA DEL CIELO
INTROSPECCIÓN Nº 10


Bajo la inmensa cúpula del cielo
perderá una noche su sentido
mi alma, disipada mi conciencia
como nieve primaveral en deshielo.

Miraré fijamente las estrellas
que me contemplan lejanas,
ajenas a mi breve pequeñez.
¡Minúsculas, bellas centellas!

Su sutil luz arderá en mis ojos
dibujando un radiante túnel
que me atraerá y me atrapará,
hambriento de mis despojos.

Y en el fin yo hallaré mi inicio,
fundido en una rima perfecta;
y seré uno con la Esencia Eterna
que me muestra rostro propicio.

Y he de trascender esta sed de sal
y esta hosca hambre de carne ahíta,
en la busca de un horizonte nuevo,
harto de una de arena y otra de cal.

Mientras tanto acuno este vivo anhelo,
este deseo, esta ansia, este vivo afán
con mano trémula y cadencia desigual
bajo la inmensa cúpula del cielo...


(A Miguel Ángel Vives, por su entrañable amistad)

jueves, 19 de mayo de 2011

CONTINGENCIA POÉTICA DE DON FRANCISCO BRINES


Pudiera ser tu verso brote o brizna.
Pudiera ser tu verso brisa o bruma.
Pudiera ser tu verso brecha o brida.

Pudiera ser tu verso broquel o brama.
Pudiera ser tu verso brindis o brocal.
Pudiera ser tu verso brillo o brasa.

Pudiera ser tu verso todo esto y más,
puesto que todo esto y más ha sido,
mas siempre fue y es y será Brines:
brote que crece como brizna de hierba;
brisa que sopla en la bruma que abraza;
brecha profunda y la brida del alma;
broquel en defensa, brama de tu fuerza;
brindis de rimas, brocal dador de agua;
brillo de luces eternas de ardiente brasa.

Pudiera ser tu verso...
Pudiera ser tu vida...


A don Francisco Brines, por sus poemas.
EL DESIERTO, RAFIK DJALIL

Vastas son las arenas del desierto;
pareciera no tener nunca un fin
ese espacio vacío, monótono, yerto.

Mas graba estas palabras en tu alma:
el desierto acaba donde empiezas tú,
te abraza, pero no robará tu calma.

Haz de su inmensidad tu alimento,
de su severidad, tu fortaleza,
de su luz, tu cotidiano aliento.

Lleva al desierto todas tus dudas
y abandónalas para siempre allí,
y regresa con tus manos desnudas,

tus ojos fuente de una mirada fuerte,
tus puños endurecidos en piedra,
y una voluntad dura cual la Muerte.

El desierto, el desierto, mi amigo,
¡cómo desea mi corazón que su paz
te proteja y sea siempre contigo!

viernes, 1 de abril de 2011

BESARÉ VUESTRAS MANOS

He de besar vuestras manos.
Ángeles y Gregorio, mis abuelos,
he de besar vuestras manos.
Como acto de homenaje y gracia
en un tiempo nuevo,
en una nueva mañana,
que trascienda,
que ilumine,
que nos una en una vida nueva.

He de besar vuestras manos.
Tus manos, abuela,
de sarmientos de cepa manchega.
Tus manos, abuelo,
de raíces de carrasca castellana.
Manos que me sostuvieron.
Manos que me acariciaron.
Manos que me alimentaron.
Manos que me protegieron.

He de besar vuestras manos.
Tus manos, abuelo,
manos recias de recio gañán.
Tus manos, abuela,
manos finas de fina bordadora.
Manos que sembraron.
Manos que cosieron.
Manos que segaron.
Manos que matizaron.

Sí, he de besar vuestras manos.
Ángeles y Gregorio, mis inolvidables abuelos.
Sé que un día volveré a besar vuestras manos
como acto de homenaje y gracia
en un tiempo nuevo,
en una nueva mañana.

jueves, 17 de marzo de 2011

Y, SI ES ASÍ, TODO IRÁ BIEN

¿Recordáis aquel día?
Volved la vista atrás:
nada estaba escrito,
todo estaba por llegar.

Podréis subir juntos la más alta montaña
para contemplar el más puro cielo...
y, si es así, todo bien irá.

Podréis esperar abrazados cada mañana
para iluminar juntos vuestro anhelo...
y, si es así, todo bien irá.

Podréis sembrar juntos mil semillas
que en bosque habrán de fructificar...
y, si es así, todo bien irá.

Podréis andar por miles de millas,
paso tras paso, en paciente caminar...
y, si es así, todo bien irá.

Podréis compartir lágrimas y risas,
la noche y el día, azúcar y sal...
y, si es así, todo bien irá.

Podréis navegar, en las velas siete brisas,
un mar a la vez nuevo y habitual...
y, si es así, todo bien irá.

¿Recordaréis aquel día?
Hoy nada está escrito,
hoy todo está por llegar:
montaña, cielo, mañana,
semillas, bosque, caminar,
risas, días y azúcar,
velas, brisas y... el mar.


(A María y José María, cerca de su unión)

jueves, 27 de enero de 2011

A JUSEPE, DESDE ESTA ORILLA

(En su memoria)


Ya te fuiste, amigo;
te caíste de la borda
y el barco te dejó atrás;
son las olas testigo
de tu paso por el mar.

Mas queda conmigo
tu recuerdo, agua honda
que he de beber y guardar,
pues si, frío, buscaba abrigo,
cálida fue tu amistad.

Y he de ir contigo
dejando esta vida sorda,
siguiendo tu estela nomás,
para desandar el camino
que no volveré a pisar.

No temo el destino,
ni la muerte que me ronda
y que tras mis pasos va
como lebrel negrestino
que un día me ha de cazar.