lunes, 6 de agosto de 2007

Para Sara, simplemente.

"MOMENTOS Y RAZONES"

Cuando el primer rayo de luz aparece en la mañana,
cuando cada soplo de la brisa acaricia tu fresca piel,
cuando cada ola alcanza, con ritmo, su amada playa,
cuando tus besos son, en mi boca, dulce sabor a miel.

Cuando sentimos, cuando amamos, cuando soñamos,
cuando deseamos, cuando reímos y cuando lloramos,
siempre te ofrezco lo mejor que guardo dentro de mí,
y siempre, siempre espero todo lo bueno que hay en ti.

Porque hay momentos que son... son la misma vida,
porque hay caricias que no… no tienen explicación,
porque hay suspiros... que hablan más que palabras,
porque yo te quiero... y no necesito ninguna razón.

En enero del 2007.

A un ser humano que nunca luchó por serlo o parecerlo

Dejo constancia, aquí, de este poema, duro y agrio, dedicado a una persona, hasta ahora, cercana a mí. Y digo persona por piedad, porque no merece tal nombre, pues su egoísmo es sin límite, su codicia, infinita y su necedad, inmensa; resumiendo, nunca amó a nadie excepto a sí mismo. Pero, como decía Tirso de Molina en su magistral pieza "El burlador de Sevilla y convidado de piedra": "No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague".

"QUO USQUE TANDEM ABUTERE, VIPERA, PATIENTIA NOSTRA?"

Quo usque tandem abutere, vipera,
patientia nostra?

Fuera necedad esperar inteligencia en ti.
Fuera ignorancia grande amarte todavía.
Fuera estupidez mirarte como hombre.
Fuera imbécil si creyese en tu justicia.

Eres venenoso tal como las víboras.
Eres despreciable como los detritus.
Eres carroñero como miles de buitres.
Eres falsario como tú solo eres falso.

Serás el hazmerreír de la familia.
Serás el chascarrillo de los niños.
Serás el eterno tonto del pueblo.
Serás la mentira sin hogar ni casa.

Quo usque tandem abutere, vipera,
patientia nostra?